Fotografia URV

En aquests moments complexos per la crisi de la pandèmia provocada pel COVID19, parlem amb Maria Jiménez, Degana de la Facultat d’Infermeria de la URV i sòcia de CODITA sobre les implicacions ètiques de les pràctiques assistencials actuals.

Tot acte sanitari està necessàriament envoltat d’ètica. És ara, amb la greu pandèmia del COVID19 i la saturació de la sanitat,  un dels moments més complicats i durs per l’ètica sanitària?

Esta situación actual es muy compleja para todos, pero especialmente para los profesionales sanitarios que hacen que tengan que replantearse, en muchas ocasiones, la toma de decisiones frente a personas concretas que presentan situaciones complejas; aunque ya lo hacen en su práctica diaria, hoy se ven condicionados por elementos que la dificultan y les presentan escenarios distintos a los habituales. Las enfermeras y los enfermeros así como el resto de profesionales sanitarios, se enfrentan estos días a conflictos que pese a que los resuelven de forma habitual, hoy por hoy deben adecuar sus respuestas a la situación que están viviendo en estos momentos y que pueden entran en conflicto con sus propios valores personales y profesionales.

Vostè parla en un recent escrit sobre “estrès moral” dels professionals de la salut? Què és? Com s’hi pot fer front? Durarà en el temps, passada aquesta crisi?

El estres moral surge cuando los profesionales reconocen la acciones éticamente apropiadas para una situación, para ello tienen en cuenta el conocimiento científico, los avances tecnológicos, los valores de las personas y los recursos, entre otros, pero se sienten limitados para poder actuar por diferentes circunstancias. En este caso, por las limitaciones de recursos y el fin de maximizar su uso.

Es imposible que los profesionales, ante situaciones extremas como las que estamos viviendo, no se sientan mal, tengan sentimientos de tristeza, de impotencia y de agotamiento, porque realmente no son superhéroes, son seres humanos que sienten el dolor y la angustia como todos los demás. Deben poder desconectar, intentar compartir sus experiencias con sus amigos, sus familiares, aunque sea en la distancia. Cuando todo esto haya acabado tendremos que recomponernos y entonces los profesionales de salud mental tendrán que darnos orientaciones de cómo hacerlo de la mejor forma. El estrés postraumático, el cambio de conductas y otros problemas relacionados con la adaptación emocional pueden ser temas que deberemos trabajar y analizar, pero son ellos los expertos y ya nos indicarán.

L’ètica de la pràctica assistencial actualment està consensuada i segueix uns criteris científic-tècnics i ètic protocol·laris. Davant la situació actual, és suficient? Quins problemes pot comportar que no sigui suficient? L’hem d’anar adaptant sovint?

En condiciones de normalidad, los grupos de expertos en ética de diferentes áreas asistenciales como emergencias, urgencias, cuidados intensivos, paliativos entre otros, elaboran documentos y guías que ayudan a los profesionales en los procesos de toma de decisiones, pero estos protocolos son una herramienta, no la única. Los clínicos las combinan con protocolos terapéuticos en los que se recogen las indicaciones más actualizadas y efectivas para los tratamientos del momento, buscando la máxima efectividad para mitigar la enfermedad. Todos los protocolos son consensuados y dinámicos, con la finalidad de proteger a las persones y ofrecerles las mejores oportunidades terapéuticas y humanas. Los protocolos no dependen de si mismos, no son documentos que sentencien una acción y otra, son guías de uso que sirven para promover la mejor atención a los pacientes y protegernos.

Vostè diu que el concepte de “triatge” quan parlem de pacients, s’ha malentès per l’inapropiat llenguatge bèl·lic des mitjans i part dels responsables públics. Quin és el concepte de triatge correcte, doncs?

El concepto de triaje es correcto, lo que no que lo es, es la interpretación y el lenguaje que se esta realizando en algunos medios de comunicación, no creo oportuno interpretarlo desde una perspectiva bélica ya que puede entenderse de forma inadecuada por la población general. El triaje no deja de ser más que una forma de poner orden bajo unos criterios concretos que pueden ser más o menos estrictos en función de la demanda, los recursos, las posibilidades, la efectividad de los tratamientos… entre otros.

Una actitud ética frente a las necesidades de atención hace que el triaje asegure que las personas reciban aquellos cuidados que realmente son los adecuados y necesarios, no podemos olvidar que además del principio de justicia distributiva tenemos que tener el cuenta otros como fidelidad y veracidad que establece confianza y en estos momentos no podemos permitirnos que los pacientes duden de que esto no es así.

També explica que “ningú hauria de morir sol”. Creu que falta més consciència que el deure és de cuidar, i que en aquests moments es pot veure vulnerat? Com hauríem d’actuar doncs amb aquests pacients aïllats als hospitals en fase terminal?

La fase en la que se encuentra la pandemia es muy compleja y no deja mucho margen de maniobra, pero lo que está claro es que morir en estos momentos de aislamiento provoca mucho dolor y sufrimiento y no permite que aquello que nos hace diferentes a otras especies, podamos ejercerlo y es el acompañar en los momentos finales a nuestros seres queridos. Debemos intentar que esto ocurra lo menos posible y debemos poder ofrecer la oportunidad de acompañarles y de despedirnos de forma cálida, especialmente debemos proteger a los grupos más vulnerables y a los que les debemos el estar aquí. Nuestros mayores no se merecen morir solos.

Explica que l’estrès que ara pateixen els professionals és diferents a d’altres situacions estressants perquè ara han d’acompanyar a pacients en situacions greus i fent grans esforços per preservar-los la vida, però en entorns no controlats (quan habitualment aquesta tasca també estressant es fa en entorns controlats). Això implicarà problemes de salut i desgast major per als nostres professionals sanitaris en el futur?

Espero y deseo que no sea así, que nuestros profesionales se puedan recuperar de forma saludable tras superar esta pandemia, pero como en todas las crisis veremos cómo afectará  a la salud mental de la población profesional sanitaria.  Lo cierto, es que en todas las situaciones de emergencia existen diferentes fases en el desarrollo de las misma y ahora,  predecir lo que ocurrirá es bastante complicado cuando todavía nos encontramos en la fase activa de la misma.

Lo importante es prevenir, y aunque en situaciones tan agudas es difícil hacer intervenciones preventivas, es necesario que desde las instituciones gubernamentales doten a las instituciones sanitarias de los recursos necesarios para que nuestros profesionales puedan ejercer en las mejores condiciones posibles, tanto físicas como mentales.